Accesos Vasculares: Decisión estratégica, no técnica

Accesos vasculares: cuando la decisión debe ser estratégica, no solo técnica

 
En la práctica clínica diaria, una parte significativa de los eventos adversos relacionados con los accesos vasculares no se origina en la técnica de punción, sino en una elección inadecuada del dispositivo desde el inicio. Calibres incorrectos, una duración del tratamiento infravalorada o una evaluación incompleta del contexto clínico del paciente son factores que, con frecuencia, conducen a complicaciones evitables.
 
Elegir un acceso vascular no debería ser una decisión automática ni protocolizada de forma rígida. Por el contrario, requiere una visión estratégica, basada en la duración del tratamiento, el tipo de fármaco y el perfil del paciente.
 

Tres decisiones críticas desde el inicio

 
1. Duración real del tratamiento
La previsión temporal es clave. No es lo mismo un tratamiento de menos de cinco días que uno que se prolongará entre cinco y catorce días, o más allá de dos semanas. Cada escenario implica un dispositivo óptimo distinto, tanto en términos de seguridad como de eficiencia.
 
2. Tipo de fármaco a administrar
Las características del medicamento condicionan de forma directa el acceso vascular más adecuado. Fármacos con pH extremo, alta osmolaridad, propiedades vesicantes o tratamientos biológicos no siempre son seguros por vía periférica. “Todo vale” es una premisa que no se sostiene desde el punto de vista de la evidencia.
 
3. Perfil del paciente
La fragilidad venosa, las comorbilidades, el riesgo infeccioso y la posible necesidad futura de nuevos accesos deben formar parte de la evaluación inicial. Una mala decisión hoy puede comprometer opciones terapéuticas mañana.
 

Una regla práctica basada en la evidencia

 
👉 Un acceso inadecuado elegido hoy es una complicación casi garantizada mañana.
 
Optimizar la selección de accesos vasculares permite reducir flebitis, infecciones asociadas a catéter, recambios innecesarios, costes sanitarios y carga asistencial. No se trata de un detalle técnico menor, sino de un elemento clave de la seguridad del paciente y de la calidad asistencial.
 

Lectura recomendada

Chopra V et al. The Michigan Appropriateness Guide for Intravenous Catheters (MAGIC).
Annals of Internal Medicine, 2015.
https://www.acpjournals.org/doi/10.7326/M15-0744

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